martes, 23 de julio de 2019

Fractura de estrés o por sobrecarga mecánica en la tibia de un futbolista adolescente. Caso clínico.

   Las fracturas de estrés o por sobrecarga mecánica son cada vez más frecuentes en deportistas jóvenes, sobre todo por el excesivo entrenamiento al que les someten en sus equipos: su esqueleto aún no está maduro, y algunos entrenadores no lo tienen en cuenta.
   Se producen cuando se repiten entrenamientos o actividades deportivas que provocan una microfractura por cargas o tensiones repetitivas que inciden en una zona concreta de un hueso, y sin el periodo necesario de reposo (en el que el hueso se recupera y se cura y refuerza con más calcio esa microfractura), se repiten de nuevo esos entrenamientos o actividades y aumentan la microfractura, y si se mantiene ese mismo proceso varios días o semanas acaba convirtiéndose en una fisura, y después en una fractura, que incluso puede afectar a todo el hueso y se puede desplazar.
   No se producen por un traumatismo agudo, sino por esfuerzos repetitivos en las semanas previas.
Lo malo es que muchos pacientes dicen que se han caído o les han dado un golpe, sin mencionar que ya les dolía, por temor a que el seguro de accidentes deportivos no les cubra. Eso puede dar lugar a complicaciones, porque si no consta en la historia la práctica deportiva intensa previa y se encuentra en la radiografía la imagen típica de una fractura de estrés, el traumatólogo puede sospechar que se trate de un tumor, y puede indicar estudios innecesarios e incluso una biopsia y otros tratamientos...
   Una vez diagnosticada la fractura de estrés el tratamiento es reposo hasta la curación, y después prevención de nuevas fractura de estrés, modificando las pautas de entrenamiento, combinándolo con natación, usando plantillas amortiguadoras, etc, según cada caso. Y sobre todo estando atentos a la aparición de dolor por si se está produciendo una nueva lesión por sobrecarga.

CASO CLÍNICO (junio - julio 2019):
Futbolista de 14 años. Acude a Urgencias por dolor aparecido jugando al fútbol. Radiografias valoradas como normales. Dolor difuso en rodilla y pierna proximal, y dolor puntual en zona de inserción del sóleo. Se sospecha desgarro muscular en inserción proximal del sóleo en tibia derecha.


En las Radiografías, retrospectivamente, se puede ver (o intuir) una zona de mayor densidad donde tenía el dolor, y donde después se visualizó bien la lesión (ver más abajo).


Arriba: imagen de ecografía con la sobreelevación y el aumento de circulación.
La Ecografía informa (Dr. Ángel Rodríguez): en el tercio proximal de la tibia, vertiente posteromedial, se aprecia una imagen de sobreelevación irregular de la cortical, con halo fino y aumento de señal colorimétrica, que coincide con el punto doloroso referido por el paciente.
Los músculos son normales, descartando la lesión en el sóleo que se sospechó.


Arriba imagen tridimensional del TAC:  Se aprecia engrosamiento irregular del periostio con pequeña imagen hipodensa de morfología lineal y disposición tranversal.

Abajo: se muestran tres cortes de TAC de planos coronales o frontales donde se aprecia la fractura de estrés. Se confirmó en la historia clínica que el paciente entrenaba muchas horas a la semana. Si no fuera deportista se podría haber sospechado un tumor, incluso maligno.




Abajo: control radiográfico mes y medio tras la primera asistencia. Se aprecia el callo perióstico donde estaba la fractura de estrés (flecha roja). El paciente ya está asintomático.

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