Si no da síntomas no hace falta tratarlo: pero si se mueve y se coloca en la superficie articular o en algún sitio donde duele o provoca bloqueos, hay que extirparlo.
Caso clínico: Varón de 45 años que sufre traumatismo en su rodilla jugando fútbol.
La Radiografías muestran un fragmento radiodenso en la escotadura intercondílea, delante del ligamento cruzado anterior. Se corresponde con un fragmento osteocondral desprendido del cóndilo femoral (zona de no apoyo).
El paciente empezó a presentar síntomas diversos de dolor y bloqueo al moverse libremente dentro de la articulación. La Resonancia Magnética confirma la lesión, y evidencia derrame sinovial (se aprecia en color blanco).
Se realizó artroscopia (visión exploradora dentro de la articulación) y extirpación del fragmento con mínima artrotomía (corte desde la piel hasta la articulación, de 2.5 cm).
La evolución clínica fue muy buena.
En la siguiente imagen de la pantalla de artroscopia se observa el cóndilo femoral interno (desde las 8 hasta la una), el ratón ovoideo o esférico (en el centro y algo hacia la derecha), y la superficie de la tibia con una zona de tejido sinovial (zona de abajo).
Esquema de la visión intra-articular del ratón con el artroscopio:
El fragmento articular ya fuera de la rodilla, con la pinza "grasp" con la que conseguí cogerlo, y una cánula de lavado:
El fragmento osteocondral está compuesto por un núcleo de hueso (color amarillento) que está rodeado de cartílago (color blanco), cuyas células sobreviven gracias al liquido sinovial.
Comparación del tamaño del fragmento osteocondral con una hoja de bisturí: